Ana, en Mansfield Bra

Donde la diferencia es lo normal

 

Ana recuerda perfectamente aquellos días en los que, de adolescente, no tenía más remedio que salir a comprar un sujetador. Ya desde por la mañana sabía que iba a ser un día triste.

 – «Esto es lo que hay«
– «Es que tienes mucho pecho«
– «Tu talla no existe«
 
Y volvía a casa con menos autoestima y un sujetador excesivamente caro que no resolvía sus necesidades. 
 
Años después, tras el nacimiento de su hijo Manolo, su pecho aumentó aún más por circunstancias naturales y le fue imposible encontrar un sujetador de lactancia que se adaptara. Pensó «No soy un bicho raro«, y comenzó a gestarse en su cabeza un proyecto: un lugar donde las mujeres con tallas de pecho diferentes a las impuestas pudieran encontrar sujetadores y prendas de ropa interior adaptadas a sus cuerpos, y no al revés. Ese lugar que, «si lo hubiera encontrado de chica, no hubiera estado tan acomplejada«. 
 
Hoy, Ana se ve reflejada en esas jóvenes que entran en su tienda y se esconden detrás de sus madres, como si tuvieran algo malo. Y disfruta con ellas cuando, emocionadas, se sorprenden de encontrar un producto de calidad que les sirve y, además, les queda bien.
 
– «Estoy preciosa«
– «Me hace delgadísima«
– «Ah pero, ¿se puede elegir?«

Así nació Mansfield Bra

 

Ana estudió Psicología y estuvo trabajando durante años en una empresa de formación. Allí pasó por un periodo de acoso laboral, dos bajas por depresión y asumió la representación sindical hasta que la empresa cerró.

Tras tocar fondo anímicamente cuando nació Manolo, recurrió finalmente a la compra de ropa interior por internet en tiendas extranjeras, lo que no era ni fácil ni barato. Su pareja le alentó entonces a dedicarse todo el tiempo que fuera necesario en diseñar su proyecto, por ella y por ellas.
 

Tras unos meses trabajando en la Lanzadera de empleo de la Fundación Santa María la Real como coach laboral, comenzó su aventura emprendedora. Diseñó el proyecto con ayuda del Ayuntamiento y se informó de los permisos y tareas administrativas. Buscó los proveedores adecuados (casi todos de Reino Unido, Francia y Estados Unidos) y aprendió el oficio del bra fitting con su propia experiencia en Escocia. Para que os hagáis una idea, hay hasta 14 tallas de copas para unas

10 tallas de contorno, unas 140 piezas en total que previamente Ana ha tenido que comprar y pagar con sus gastos de envío incluidos. Es una inversión importante que fue haciendo poco a poco con la complicidad y paciencia de su clientela.
 
En mayo de 2018 subió la persiana y Mansfield Bra abrió sus puertas. Los principios, como casi todos, fueron difíciles y convulsos, y poco a poco se fue haciendo con el stock necesario para poder realizar el bra fitting para todos los cuerpos de sus clientas. No es un producto a medida, pero casi.
 
Muchos días se planteó «sigo o no sigo«, cuando pasaban los días y no entraba nadie, cuando le costaba más el transporte que el propio producto, cuando se le juntaba demasiado stock al que no podía dar salida…
Al año de la apertura de la tienda, empezó a verle la punta al negocio cuando todos los días entraba, como mínimo, una clienta. Y parece que ahora, después de un año de pandemia, vuelve a recuperar aquella normalidad.

Ana, en Mansfield en Bra

Mansfield Bra en San Juan de la Palma

Slowshopping

 

Mansfield Bra forma parte del slowshopping, lo que viene siendo comprar sin prisa, como antes de internet. Y es que cualquiera de sus clientas suele estar una media de 45 minutos en la tienda. En Mansfield Bra sabes a qué hora entras pero no a qué hora sales. No tengas prisa, llevas toda tu vida buscando y aquí, por fin, lo vas a encontrar. 

Primero hay que hablar, conocer las necesidades, empatizar. No es un tema del que se hable con soltura si no te encuentras a gusto. El siguiente paso es el bra fitting, para descubrir la talla y los modelos más adecuados para cada mujer. Luego, poner a su disposición toda la oferta. Estas mujeres no están acostumbradas a elegir, por lo que se sorprenden y deleitan ante la variedad.     

Y, finalmente, hay que encargar el modelo elegido, ya que es imposible por almacenaje y por precio, que Ana tenga en su establecimiento toooooooodas las tallas de toooooooooodos los modelos. Hablamos de un pequeño negocio, piénsalo. Demasiado que tiene todas las tallas para poder hacer el fitting.
 
Por todas estas razones, Ana siempre sugiere que se reserve cita previa, aunque «si alguien no puede dentro de mi horario, acordamos otro y me adapto«.